►Nombre: Gekko Natsuki
►Clan: Akamatsu
►Naturaleza de Chakra: Raiton
►Aldea: Oto.
►Edad: 14
►Sexo: Femenino
►Especialidad: Peleador de armas especiales.
►Nvl De Rango: 15.
►Descripción física:
Gekko es una pequeña de aproximadamente 1,63 metros de estatura, de cabello rubio, largo, lacio no muy peinado, más bien sujeto al azar con una badana azul que rodea su cabeza, algunas trenzas decoran su cabellera también recogidas a la azar. Sus ojos tienen una tonalidad verde azulada y sobre estos reposan finas cejas encajando perfectamente sobre su tés rubia bronceada, con rosadas mejillas. En cuanto a su físico es más bien delgada semi atlética, aun así por su temprana edad no se notan expresiones musculares en su cuerpo, tan solo pronunciadas curvas de belleza femenina.
Generalmente una minifalda y tops, cubriendo solo lo necesario de su cuerpo, calza botas que cubren sus tobillos y en sus manos suele llevar un guantes sin punteras.
►Descripción psicológica:
En cuanto a su forma de actuar, Gekko suele ser una chica suspicaz, que se oculta bajo el manto de una tierna e indefensa chiquilla. Suele actuar de forma torpe e incapaz ante sus camaradas fingiendo ser el “estorbo del grupo” según ella, mientras los demás le crean una inepta le será más fácil conservar su cabeza sobre su cuello. Se verdadero pensamiento suele estar sobre el poder y la habilidad para conseguirlo; le encanta estar liando con otros shinobi y los retos, jamás se negaría ante un reto, lo cual podría considerarse una debilidad de su carácter.
►Gustos: Katanas, gatos, patos, cantar, caminar en la lluvia, escalar, (Ikitaka), el sushi, leche, la puntualidad.
►Desagrados: las multitudes, la comida caliente, esperar,
►Historia:
Habiendo nacido su primogénita una pequeña y frágil niña Gatsui Akamatsu, entonces líder del clan se encontraba indignado, aquel esperaba tener un barón que le sucediese en la línea sanguínea. Tramando un siniestro plan, aquel pediría a su hombre de confianza llegar aquella noche a su casa. –Rapta a la chiquilla y llévala al bosque para que las fieras le devoren.- Dijo a su subordinado. –El sucesor de mi casa habrá de ser un barón fornido-
Ignorantes de los acontecimientos que les rodeaban aquellos dos obrarían según lo planeado. Hasta entonces expectantes del comportamiento sanguinario que adoptaban los miembros de los Akamatsu, la aldea de Kumo había decidido que era el momento de ponerles un alto de raíz. Reunida la elite de la aldea aquella noche se dirigirían a las estancias en que se ubicaban los espadachines con el fin de eliminarles, una masacre sin precedentes se haría en aquellas horas sobreviviendo del clan solo algunos pocos que estaban fuera de kumo en aquel omento y la pequeña Gekko quien había sido abandonada en el bosque.
A lo lejos entre las montañas un hombre de ojos rasgados y piel blanca, con el temible aspecto de una serpiente observaba con ímpetu los sucesos en la aldea del rayo. Su mirada sanguinaria disfrutaba cada espada deslizándose entre las entrañas de los desdichados hombres, hasta que el último de ellos cállese. –hora de volver a la aldea del sonido- dijo para sí mismo emprendiendo camino entre el espesor de los arboles, no pudiendo evitar el sonido del llanto de la recién nacida que yacía entre los arbustos. -¡Kufufufufufufufufuf!- su riza resonaba harmoniosamente con el llorar de la niña en la tranquila noche. –Sabes pequeña, en situaciones como esta he llegado a creer que existe el destino- dijo recogiéndola para llevársela consigo.
En laboratorios ocultos a los alrededores de Oto pasaría la mayor parte de la infancia de Gekko, teniendo por maestro a aquel que en la desafortunada noche le había encontrado, estrenaba exhaustivamente en las artes kunoichi día y noche y serbia a él cómo su señor.
►Clan: Akamatsu
►Naturaleza de Chakra: Raiton
►Aldea: Oto.
►Edad: 14
►Sexo: Femenino
►Especialidad: Peleador de armas especiales.
►Nvl De Rango: 15.
►Descripción física:
Gekko es una pequeña de aproximadamente 1,63 metros de estatura, de cabello rubio, largo, lacio no muy peinado, más bien sujeto al azar con una badana azul que rodea su cabeza, algunas trenzas decoran su cabellera también recogidas a la azar. Sus ojos tienen una tonalidad verde azulada y sobre estos reposan finas cejas encajando perfectamente sobre su tés rubia bronceada, con rosadas mejillas. En cuanto a su físico es más bien delgada semi atlética, aun así por su temprana edad no se notan expresiones musculares en su cuerpo, tan solo pronunciadas curvas de belleza femenina.
Generalmente una minifalda y tops, cubriendo solo lo necesario de su cuerpo, calza botas que cubren sus tobillos y en sus manos suele llevar un guantes sin punteras.
- imagen:
►Descripción psicológica:
En cuanto a su forma de actuar, Gekko suele ser una chica suspicaz, que se oculta bajo el manto de una tierna e indefensa chiquilla. Suele actuar de forma torpe e incapaz ante sus camaradas fingiendo ser el “estorbo del grupo” según ella, mientras los demás le crean una inepta le será más fácil conservar su cabeza sobre su cuello. Se verdadero pensamiento suele estar sobre el poder y la habilidad para conseguirlo; le encanta estar liando con otros shinobi y los retos, jamás se negaría ante un reto, lo cual podría considerarse una debilidad de su carácter.
►Gustos: Katanas, gatos, patos, cantar, caminar en la lluvia, escalar, (Ikitaka), el sushi, leche, la puntualidad.
►Desagrados: las multitudes, la comida caliente, esperar,
►Historia:
Habiendo nacido su primogénita una pequeña y frágil niña Gatsui Akamatsu, entonces líder del clan se encontraba indignado, aquel esperaba tener un barón que le sucediese en la línea sanguínea. Tramando un siniestro plan, aquel pediría a su hombre de confianza llegar aquella noche a su casa. –Rapta a la chiquilla y llévala al bosque para que las fieras le devoren.- Dijo a su subordinado. –El sucesor de mi casa habrá de ser un barón fornido-
Ignorantes de los acontecimientos que les rodeaban aquellos dos obrarían según lo planeado. Hasta entonces expectantes del comportamiento sanguinario que adoptaban los miembros de los Akamatsu, la aldea de Kumo había decidido que era el momento de ponerles un alto de raíz. Reunida la elite de la aldea aquella noche se dirigirían a las estancias en que se ubicaban los espadachines con el fin de eliminarles, una masacre sin precedentes se haría en aquellas horas sobreviviendo del clan solo algunos pocos que estaban fuera de kumo en aquel omento y la pequeña Gekko quien había sido abandonada en el bosque.
A lo lejos entre las montañas un hombre de ojos rasgados y piel blanca, con el temible aspecto de una serpiente observaba con ímpetu los sucesos en la aldea del rayo. Su mirada sanguinaria disfrutaba cada espada deslizándose entre las entrañas de los desdichados hombres, hasta que el último de ellos cállese. –hora de volver a la aldea del sonido- dijo para sí mismo emprendiendo camino entre el espesor de los arboles, no pudiendo evitar el sonido del llanto de la recién nacida que yacía entre los arbustos. -¡Kufufufufufufufufuf!- su riza resonaba harmoniosamente con el llorar de la niña en la tranquila noche. –Sabes pequeña, en situaciones como esta he llegado a creer que existe el destino- dijo recogiéndola para llevársela consigo.
En laboratorios ocultos a los alrededores de Oto pasaría la mayor parte de la infancia de Gekko, teniendo por maestro a aquel que en la desafortunada noche le había encontrado, estrenaba exhaustivamente en las artes kunoichi día y noche y serbia a él cómo su señor.