Frío....Si hacia mucho frío en aquel lugar. En ese momento Lektor se encontraba completamente dormido por lo cual no sabia en el lugar donde se encontraba, pero aun así era capaz de percibir el clima gracias a su tacto, y este se metía en sus sueños o mejor dicho pesadillas.

Aun dormido comenzó a sentir un extraño calor en su rostro el cual duraba unos pocos segundos y luego el frío invadía su rostro nuevamente. Después de un par de lamidas de aquel oso Lektor comenzó a despertarse lentamente, pero aun no se había dado cuenta de que el oso lo estaba lamiendo, lo único que veía era una bola de pelos blanca que originalmente vendría a ser la cabeza del oso, y no se dio cuenta de esto sino hasta la cuarta lamida en la que el pelirrubio había espabilado de una vez. La primera reacción del joven al ver que tenía un oso polar encima suyo fue colocar una mano en el pecho del oso y empujarlo hacia atrás para quitárselo de encima, por las dudas no sea cosa de que estuviese "saboreando" su comida. Pensó en sacar un kunai y enterrarselo en el cuello para asesinar al oso pero se detuvo al ver que este portaba un pergamino el cual tenía algo escrito en el al parecer, ¿que era eso?, al parecer era un kanji, para ser mas específicos el kanji de tierra. *¿Que hace un oso con eso?* Pregunto el joven mientras se levantaba lentamente.

Sus músculos, estaban un poco entumecidos y eso hacía que le doliesen un poco al moverse, al levantarse lo primero que hace es estirarse como si se estuviese desperezando para relajar un poco los músculos. Por lo entumecidos que tenía los músculos y el sueño que aun tenía encima el joven pudo deducir que debió de haber estado en aquel lugar dormido desde hace horas.

Se fijo en su alrededor y se dio cuenta de que habían otros dos allí, al ver a aquellos dos recordó de inmediato como es que llego allí. Lektor al igual que los otros se había ofrecido como voluntario para una misión ante un jounnin el cual desapareció de la nada y luego de eso...Luego de eso...¿Que había pasado?...Hmmm...¿Quien sabe?...Lo único que recordaba era eso y que luego se había vuelto todo negro, después de eso...¡NADA!

Pensó en despertar a los otros dos, pero el oso se le había adelantado ya. En ves de eso se limito a observar a su alrededor, no había nada solo nieve, al parecer loa habían abandonado a su suerte...No espera...Eso no podía ser cierto, ese oso y ese pergamino no era casualidad. -Que crueldad, abandonarnos en un lugar tan frío... Sonrío levemente mientras se abrazaba a si mismo para darse un poco de calor corporal. Pensó en tomar el pergamino que colgaba del cuello del oso pero prefirió esperar a que los otros dos despertasen.