1 de 6: Era un día cualquier en la aldea, tranquilamente salía del despacho del Hokage caminaba hacia la entrada de la aldea, era el día en que me toco vigilar la entrada de la aldea. Sabia perfectamente que iba a ser un aburrimiento, aunque últimamente habian ocurrido algunos robos, esperaba que no pasara nada interesante esta noche. Pasaron los minutos y un pequeño grupo de 3 ninjas me esperaban para señalizar mi puesto. Bostezaba del sueño ya que me tocaba el turno de noche, mi puestos de mientras pensaba, -Mmm, esto va a ser muy aburrido, espero no quedarme dormido. estiraba los brazos mirando el cielo nocturno mostrando una hermosa luna llena no podía pensar en otra cosa nada mas que en dormir, quería estar acostado en mi cama como un niño pequeño, y no vigilar la entrada, pero esta era mi mision como shinobi de Konoha, si quería volverme fuerte tenia que comenzar desde abajo.

2 de 6 Estaba en mi puesto mirando el horizonte, estaba aburrido no ocurría nada interesante. Tenia pensado dormir un poco, cuando de pronto vi como una persona se acercaba a la entrada de la aldea, no se le podía ver bien su rostro pero parecía que viajaba de haces días, se acercaba a la entrada lentamente, di un paso al frente poniéndome en medio de su camino, extendí el brazo derecho colocando la palma de la mano en señal de que se detuviera, me sorprendí a ver su rostros. Era un hombre viejo que estaba algo herido, se notaba su cansancio, parecía que llevara días sin comer, egundos despues se desmayo enfrente mío, -Oye viejo que te sucede dije mientras me acercaba dispuesto a levantarlo y llevarlo a donde se encontraba los demás, cuando llegue con los demas, unos de ellos se encargo de llevarlo al hospital